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Los estadounidenses Steve House y Vince Anderson se hicieron el pasado viernes con el XV Piolet d’Or, el máximo galardón del alpinismo internacional, por su nueva ruta en la vertiente Rupal del Nanga Parbat.

En una ceremonia dominada por el recuerdo al desaparecido alpinista francés Jean-Christophe Lafaille, la cordada norteamericana se impuso por delante de las otras cinco nominadas, entre las que no faltó la polémica. Los ascensionistas al Cerro Torre, liderados por Ermanno Salvaterra, habían pedido a la organización que retirara su candidatura, pues aseguran no creer en la competición y los premios entre actividades montañeras.

House había intentado escalar la cara Rupal ya en 2004 junto a Bruce Miller, pero tuvieron que renunciar. El año pasado, el estadounidense escogió la última parte de la temporada en el Karakorum, en septiembre, para regresar e intentar de nuevo la escalada, esta vez junto a Anderson.

Seis días de buen tiempo y ardua escalada en estilo alpino les situaron en la cima, desde donde descendieron en otro día y medio. El compromiso y el escenario de la ruta, de la que poco antes había tenido que ser rescatado el esloveno Tomaz Humar con un espectacular salvamento con helicóptero, fueron suficiente para que el jurado presidido por el británico Stephen Venables le concediera el galardón.

Además de la escalada a Rupal, estaban también nominadas las siguientes actividades: una nueva ruta en la cara sur del Broad Peak realizada por Denis Urubko y Serguey Samoilov; la travesía y primera ascensión de dos cimas del macizo del Chomo Lonzo, a cargo de un equipo francés; el encadenamiento en solitario del suizo Ueli Steck de la cara norte del Cholatse y la este del Tawoche, además de parte de la noroeste del Ama Dablam; la norte al Murallón de Robert Jasper y Stefan Glowacz, y por último, la nueva ruta en el Cerro Torre de los italianos Salvaterra y Beltrami y el argentino Garibotti.

Cerro Torre

Precisamente Garibotti fue el encargado de enviar una carta al comité organizador del Piolet d’Or, que trata de premiar la mejor actividad del año anterior, para pedir que él y sus compañeros fueran excluidos de las nominaciones.

“Estamos contentos de haber alcanzado nuestro objetivo, y apreciamos las felicitaciones de nuestro colegas, pero nuestro interés y motivación por esta ascensión era el interés de la experiencia por ella misma. Era la esencia de la experiencia lo que nos interesaba”, aseguraron.

“Una recompensa como el Piolet d’Or intenta cuantificar esa esencia. (…) Todo intento de comparar una ascensión con otra será necesariamente muy subjetivo”, añadieron. “No estaremos presentes (en la ceremonia) y agradeceríamos mucho si nuestra ascensión del Cerro Torre fuera retirada de la lista de nominados”.

La escalada al Torre ya venía precedida de polémica, pues los tres alpinistas habían declarado haber escalado una nueva ruta en la cara norte, después de seguir la controvertida línea por la que en principio subieron Cesare Maestri y Toni Egger en 1959 y no encontrar rastro de aquella ascensión. Maestri no permaneció callado y poco antes de la ceremonia del Piolet protestó ante lo que consideraba que no era una nueva ruta, sino la repetición de aquella con la que él desvirgó la montaña y que tantas dudas a despertado aún hasta hoy.