Aventúrate S.L.

Os voy a contar mi experiencia vivida y que paso a relataros.
A primeros de Septiembre estuve guiando por el mirador del Cancho (Peñalara).
Al terminar la actividad llegando al parking de Cotos mi amiga se da cuenta de que había perdido las llaves del coche. Imaginaros la impotencia que se siente. Aunque retrocedimos el camino durante una hora más o menos, no vimos ni rastro de las llaves. Tuvimos que volver, lógicamente dejando el vehículo haciendo vivac en el parking.

Yo había grabado la ruta de este día en mi GPS. Suelo hacerlo a pesar de tenerla de otras ocasiones, pero esta vez el tramo de la Fuente del Intendente a la caseta del Mirador del Cancho lo subimos por zonas nuevas, no transitadas. Ya sabéis que me gusta conocer tramos nuevos.

La semana siguiente pude encontrar unas horas para subir a entrenar con mi amigo Manolo a la zona, y aprovechar para con 4 ojos realizar la búsqueda hasta la caseta. Pensando que sería en la caseta donde estarían, pues allí estuvimos comiendo y podía ser que se quedaran por la zona. Tampoco tuvimos suerte.

Al volver al ordenador y repasar las fotografías del día de la actividad, pude comprobar que mi amiga tenía las llaves en el bolsillo, en la Fuente del Intendente. Pensé……luego se le han caído en el tramo de la fuente a la caseta.

La posibilidad de encontrar las llaves del coche en una distancia de 1 km. Y 200 metros de desnivel, llena de piornos, vegetación muy cerrada, pinos, rocas y desniveles que requieren ayudarse de las manos para progresar, podía ser una misión imposible, pero como no me rindo fácilmente, me preparé para un tercer intento y quizás último, pues la previsión de nevadas lo retrasarían hasta la primavera.

Mi amiga al yo comentarle en la zona que yo pensé que podían estar, se fue otro día con una amiga suya y rastrearon toda la zona, pero no tuvieron suerte.

Hoy he vuelto con mi amigo Fernando Cobo y hemos llegado hasta la caseta. En este punto he puesto el track del GPS a prácticamente nivel de 5 metros, para tratar de realizar una búsqueda más precisa. La idea era bajar desde la caseta a la fuente por el track que grabé ese día y subir por el mismo.

Cuando nos quedaban unos 150 metros para llegar a la fuente, debajo de un piornal y con síntomas de corrosión, aparecen a la vista las llaves. ¡Qué alegría! Ya era cuestión de amor propio. En esta ocasión la suerte estuvo de nuestra parte.

La perseverancia, la tenacidad y el trabajo duro, aunque tarda en llegar, suele dar su fruto.
Trabajar duro tiene su recompensa y cuando las fuerzas os falten, es cuando toca apretar los dientes y seguir. ¡Animo!