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Aprovechando el comienzo de las obras de remodelación del refugio de Góriz, mantenemos una interesante charla con Sergio Rivas, responsable del comité de refugios de la Federación aragonesa y de Prames. En ella nos explica el cómo y el porqué de estas obras, así como el estado de obras del refugio de Bachimaña, nuevos refugios libres en Ordiceto e Ip, futuros proyectos que completen las carencias existentes en el Pirineo aragonés…

Hagamos un poco de historia. En 2001 saltó la noticia: el Ayuntamiento de Fanlo decretó el cierre del refugio de Góriz. Tras la conmoción inicial, con intervención incluida del Justicia de Aragón, finalmente, en 2003, se llegó a un acuerdo entre los Ayuntamientos, el Gobierno de Aragón y la Federación aragonesa de montañismo. A partir de ahí, se inició el proceso necesario para poder renovar el refugio, que en su mayor parte data sin modificación alguna del año 1.962. Tras todos los concursos, permisos, estudios, etc, hace unos días, se recibió la licencia y se han podido comenzar las obras.

“El refugio data de 1.962, y se mantiene tal y como se construyó hace 45 años en un 95% de su estructura, con lo que eso supone. Las obras no van a ser para aumentar la capacidad, que pasará de 72 a 80 plazas, cuando hasta hace pocos años era de casi 100 plazas, sino que van a servir para adecuarlo a la normativa de albergues y refugios del Gobierno de Aragón del año 1.995, y sobre todo, para conseguir unas condiciones dignas de trabajo que permitan dar el servicio que necesitan los montañeros, además de facilitar la labor de los grupos de rescate, guardería del Parque, etc.

Los grandes beneficiados van a ser los trabajadores, que, por ejemplo, en este momento, duermen toda la temporada de verano en tiendas de campaña, al no haber espacio interior para ellos. No existe almacén. La cocina tiene 7 metros cuadrados, con lo que es muy difícil dar de cenar a 70 personas, habiendo que hacer turnos, lo que supone doble labor y doble tiempo para los trabajadores. Los guardas del Parque Nacional no tienen un lugar para ellos, para poder descansar.

Vamos a construir un edificio anexo, lo que supondrá una cocina en condiciones, un aumento de la capacidad del comedor, -lo que permitirá realizar un solo turno de cenas-, unas habitaciones para los trabajadores, y una sala de 30 metros cuadrados para uso de los guardas del parque…Por supuesto, todo el resto del refugio se adaptará a la normativa, y se renovará íntegramente, además de crear una sala polivalente. A un refugio se le aplica la ley exactamente igual que a un edificio situado en una ciudad, respecto a seguridad, normativa de incendios, etc.”

La verdad es que la situación actual de Góriz es muy preocupante, sobre todo para los trabajadores. Se juntan dos factores: una de las zonas más masificadas del Pirineo, con uno de los refugios más desfasados del mismo. Se necesitan varias personas para dar el servicio requerido, pero éstas tienen que dormir 4 meses seguidos en el santo suelo, a 2.200 metros de altura, entre otras cosas.

“Se introducirán en el nuevo refugio elementos bioclimáticos y de sostenibilidad del edificio, que provienen del nuevo refugio que estamos construyendo en Bachimaña. Son propuestas de la Universidad de Zaragoza, en concreto del Departamento de Energía y Edificación, que colabora con nosotros. Se va a crear un invernadero en el comedor, que esperamos que limite el uso de calefacción. Además, vamos a hacer un refugio modular, que cambiará de tamaño según las necesidades. Podremos aislar completamente la mitad del comedor, habitaciones, zonas enteras. Así, en invierno, se adaptará al tamaño de las necesidades, y sólo habrá que calentar las zonas que se utilicen, que estarán perfectamente aisladas térmicamente respecto a la zona no utilizada.”

El punto limpio es una de las principales necesidades del refugio, y una de las propuestas del estudio de impacto ambiental. Hay que recordar que una de las más importantes misiones de los refugios, y el caso de Góriz es paradigmático, es la de solucionar los problemas de medio ambiente que crearía la ausencia de ellos en zonas masificadas: en este caso, debido a las grandes distancias, los montañeros que ascienden al Perdido tienen que hacer noche obligatoriamente. En este momento, además de estar el refugio completo, algunas noches de verano se llegan a contabilizar hasta 200 tiendas realizando vivacs en los alrededores. Sin la existencia de un punto limpio, unas letrinas y un sistema de depuración de aguas, las consecuencias de esta ingente cantidad de montañeros concentrados en un pequeño punto dentro de un ecosistema con un equilibrio tan frágil serían catastróficas. Imaginemos la cloaca en que se convertiría aquello si 300 personas cada noche, durante 3 meses, realizaran indiscriminadamente sus necesidades en los alrededores, y en qué estado bajarían las aguas hacia el fondo del valle.

“Se tirán las casetas de letrinas actuales, y se soluciona el problema de los baños. Cumplirán toda la normativa de Sanidad.

El punto limpio va a estar situado en las actuales cuadras de caballerías. Se mantendrán allí las cuadras, y se trasladará el grupo electrógeno, eliminando los problemas de ruido en el refugio. También irá una zona de almacenamiento con unas prensadoras manuales de cartón, plástico, latas, briks, etc. De esa forma, toda la basura del refugio seguirá el proceso de reciclado, en cuanto los diferentes contenedores lleguen a Nerín, lugar en donde se depositan los residuos.

Otro de los puntos del estudio de impacto marca la necesidad de que la basura esté en interior. Pero esto nos planteaba un problema, ya que se recoge en helicóptero. Primero pensamos en colocar un techo que se abriera, pero con la nieve y la lluvia, era complicado. Así que vamos a instalar un sistema de raíles con una vagoneta: se colocará sobre ella, se sacará fuera, y allí la enganchará el helicóptero.

Normalmente, podremos trabajar hasta mitad de octubre. Después, en invierno, tenemos que detener las obras. Vamos a comenzar por el punto limpio, y esperamos haberlo terminado este año. Posteriormente, tardaremos entre 3 y 4 años más en acabar la renovación.”

Los temas de seguridad también van a estar presentes. No hay que olvidar que otra de las misiones fundamentales de los refugios es la de servir de base y apoyo a los grupos de rescate en montaña:

“Creamos un nuevo helipuerto, el actual está destrozado. Y una enfermería en condiciones.”